Bella y heroica.
Por: Mauricio Vargas Gonzalez
Fueron desplazados por los cañones humeantes. No fue un viaje fácil, el recorrido estuvo preñado de peligro inminente, el minotauro de la guerra los acechaba a cada paso, en los caminos, las vías, montañas, ríos, valles, veredas, hogares, en sus cabezas, en cualquier lugar, secuestrándolos y sometiéndolos a un terrible cautiverio. Cercados en un gigantesco laberinto de sangre, venganza y motosierra. Una fatalidad que aparece como ineludible los atrapa, si el sacrificio no lo cumple una generación, entonces lo paga la próxima. Años después sus hijos se preguntan ¿No nacimos pa’ semilla?